26 Abr ¿Cómo saber si el dolor muscular es de origen visceral?
La conexión entre el cuerpo y las emociones es fascinante, y en el ámbito de la fisioterapia y la osteopatía esta relación es fundamental para comprender y tratar ciertos dolores. También en la medicina occidental cobra cada día más importancia.
Muchas veces, los problemas musculares que experimentamos pueden tener su origen en disfunciones viscerales, es decir, en órganos internos. En este artículo, exploraremos cómo saber si el dolor muscular es de origen visceral.
¿Qué es la conexión visceral-muscular?
La conexión entre los órganos internos y el sistema musculoesquelético se establece a través de una red de nervios y fascias que recorren todo el cuerpo por completo.
Cuando un órgano interno presenta alguna disfunción visceral, puede enviar señales a través de esta red que afectan los músculos circundantes, causando dolor o rigidez en áreas aparentemente no relacionadas.
Signos de que tu problema muscular puede tener un origen visceral:
- Inexistencia de traumatismos ni sobreuso de la musculatura o la articulación que nos duele: si nos duele mucho una zona en la que ni hemos recibido ningún golpe ni tan siquiera usamos en exceso, es motivo para sospechar que nuestra lesión puede tener un origen visceral. Por ejemplo, una disfunción en el hígado puede manifestarse como dolor en tendones del hombro derecho.
- El paciente tipo es de mediana edad: es mucho más frecuente el dolor musculo- articular relacionado con disfunciones viscerales en una persona que está entre los 25 y 70 años.
- Aumento de los síntomas en reposo o cuando nos vamos de vacaciones: es normal que los dolores que tienen un origen visceral aumenten en el momento del día en el que paramos, por ejemplo cuando nos vamos a dormir. Además, en periodos de mucho stress laboral o emocional, el dolor suele hacerse presente justo cuando acabamos esa etapa, como son el comienzo de las vacaciones o al finalizar una etapa de mucho sufrimiento emocional (una muerte de un pariente cercano, un divorcio, una deslealtad…).
- Cambios en la movilidad/sensibilidad de una articulación sin lesión aparente: si experimentas cambios en el rango de movimiento de una articulación sin una lesión traumatológica, podría ser indicativo de un problema visceral. Por ejemplo: una disfunción en el intestino grueso o colon podría causar restricciones en la flexión hacia delante de nuestro tronco, sin necesidad de que hayamos hecho esfuerzos con esa zona. Y otro ejemplo habitual: la disfunción de los riñones puede provocar sensibilidad dolorosa en la parte baja de la espalda o zona lumbar.
- No funciona la medicina ni los tratamientos convencionales: una lesión se nos repite una y otra vez durante una etapa. Nos medicamos, ocultamos sus síntomas durante un tiempo, pero vuelve a aparecer en cuanto terminamos el tratamiento
farmacológico. Esto debe hacernos sospechar de una disfunción visceral que nos está causando los síntomas dolorosos.
En conclusión, si experimentas problemas musculares o articulares persistentes y recurrentes, es importante considerar la posibilidad de que tengan un origen visceral. Consultar a un fisioterapeuta osteópata con experiencia en este enfoque puede ser fundamental para identificar y tratar eficazmente la causa subyacente de tus síntomas, brindándote alivio y mejorando tu calidad de vida a largo plazo.
En Fisioterapia Goya nuestro equipo de fisioterapeutas osteópatas lleva años de buenos resultados en el diagnóstico y tratamiento de los dolores de origen visceral, no dudes en contactarnos si crees que te encuentras en esta situación.
¡Gracias por leernos!
Autor artículo:
Andrés Sánchez Dávila
Fisioterapeuta/Osteópata y Director de Fisioterapia Goya – Linkedin
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